Características del ecosistema terrestre

Un ecosistema es un sistema biológico donde los seres vivos (flora y fauna, o biota) viven y se desarrollan dentro de un entorno geográfico específico (biotopo). Una manera de clasificar ecosistemas es hacer una distinción entre los terrestres y los acuáticos.

Los ecosistemas terrestres son aquellos donde flora y fauna se desarrollan principalmente en la superficie terrestre y en la atmósfera, fuera de los cuerpos de agua. Pero es necesario recordar que siempre habrá un cierto grado de interacción entre ecosistemas cuando uno terrestre se encuentra cerca de uno acuático.

Características de los ecosistemas terrestres

Ciertas condiciones geoclimáticas como altura, latitud, humedad y tipo de suelos determinan la clase de ecosistemas terrestres que se pueden hallar. El signo externo más notable suele ser la vegetación, y es de ese modo en que suelen clasificarse:

Boscosos o selváticos. Se distinguen por su abundante vegetación, de gran tamaño y su abundante humedad. Los bosques de clima tropical son extremadamente húmedos y lluviosos, y se conocen como selva. También poseen gran cantidad de especies terrestres, arbóreas y aves, que interactúan con los ecosistemas acuáticos presentes, normalmente ríos o lagos.

Desérticos. Reconocibles por su extremadamente baja humedad, por la poca vegetación y vida animal, o por las dos características. Los casquetes polares congelados son un caso aparte, ya que el desierto clásico presenta un lecho arenoso o rocoso.

Arbustivos. Abundantes en arbustos o vegetación de baja altura, propios de regiones de humedad baja y climas templados. Las regiones abundantes en arbustos espinosos como cactus y chaparrales son ejemplos clásicos.

Herbáceos. En ellos predominan la vegetación en forma de hierbas o grama de altura variable. Algunos de estos ecosistemas colindan con los selváticos.

Un caso particular de ecosistema, a medio camino entre lo terrestre y lo acuático, lo constituyen los humedales, prolíficos en vegetación de raíces subacuáticas y follaje aéreo, y cuyos ejemplos más notables son pantanos y ciénagas. Algunos autores los consideran ecosistemas híbridos, aunque son principalmente acuáticos.

Otros ecosistemas son producto de la acción del hombre sobre alguno de los previamente nombrados, provocando alteraciones en flora y fauna que pueden llegar a ser significativas. Uno de ellos es el que se produce como consecuencia de las actividades agrícolas o ganaderas. Incluso las ciudades son ecosistemas, a pesar de la masiva intervención humana, porque existe en ellas una cierta cantidad de vegetación y de animales, aunque entre estos últimos abundan las plagas domésticas que son atraídas por las actividades humanas, como ratas, cucarachas y moscas.

características ecosistema terrestre

Lo más característico de los ecosistemas terrestres es la presencia de la atmósfera como parte de los mismos, aunque sólo ofrece sustento para la respiración animal y la fotosíntesis. La litosfera es también parte esencial del biotopo, además de que existe un cierto grado de interacción con la hidrosfera.

A pesar de la interacción con los cuerpos de agua, estos no se consideran parte principal de estos ecosistemas. La humedad ambiental se mide sobre la atmósfera, y depende de fenómenos climáticos como la lluvia, los vientos y la nubosidad.

La flora es principalmente de follaje aéreo, y juega un papel protagónico en los ciclos biogeoquímicos. Sirve además como fuente de alimentos, refugio y sombra de muchas especies animales, desde insectos hasta mamíferos de tamaño medio. El régimen de iluminación diaria favorece la fotosíntesis, e indirectamente la respiración.

Sirve como medio de desplazamiento para las diversas especies animales, sea que se desplacen por tierra, vuelen o se transporten entre la vegetación alta. Los depredadores pueden hallar a sus presas en estos sitios, además de poder acceder a ellas en los cuerpos de agua que se hallen a disposición.

Importancia del ecosistema terrestre

Los ecosistemas de diversos tipos, en especial cuando están cerca unos de otros, tienen una cierta cantidad de interacción. Además, de uno a otro suele haber fenómenos migratorios. Todas estas conexiones, que además impulsan los ciclos biogeoquímicos, son esenciales para el sostenimiento de la vida en el planeta.

Incluso en las regiones desérticas es posible hallar ecosistemas complejos; y los únicos entornos que no pueden sostener la vida son aquellos que han sido contaminados severamente por la acción humana, cuando se lleva a cabo sin previsiones. Es por eso que se deben considerar los peligros de las actividades humanas potencialmente contaminantes.



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