5 cosas sobre los gatos
A lo largo de la historia, los gatos han despertado curiosidad y fascinación, a tal punto que se desarrollaron mitos a su alrededor. Los gatos son considerados por varias culturas como animales mágicos, a quienes se les atribuye augurios de buena o mala suerte, según sea la tradición que se trate.
A lo largo de la historia de la humanidad, los gatos han sido venerados u odiados. He aquí algunas curiosidades que los envuelven:
1. Los gatos fueron domesticados alrededor del año 3000 a.C., en el antiguo Egipto. Al principio su función fue cazadora, aunque con el tiempo se convirtieron en mucho más que un exterminador de plagas. En el antiguo Egipto los gatos fueron considerados sagrados, relacionados con la diosa Bastet, también conocida como Bast, representada por una mujer con cabeza de gato, o bien, un gato. Se trata de una diosa de la mitología egipcia que protegía el hogar y simbolizaba la fecundidad y la alegría de la vida. Es por eso que matar un gato era considerado un crimen penado con la muerte. Los gatos eran momificados y enterrados junto a sus dueños. Aquellas familias más ricas, los embalsamaban y los enviaban a una necrópolis felina, es decir un cementerio destinado a los gatos.
2. En la mitología nórdica y germánica, se puede ver a Freyja, o Freya, también conocida como la diosa de los gatos, sobre un carruaje volador tirado por dos gatos que, en conjunto, representa al amor, la magia, la belleza y la fertilidad. El mito cuenta que los gatos que acompañaban a Freyja eran tan grandes y pesados, que el mismo dios Thor, al tratar de levantarlos en brazos, no pudo despegarlos del piso.
3. En la edad media, la iglesia católica, la entidad más poderosa en occidente, asoció a los gatos con la brujería, el demonio y las creencias paganas. Algunas características de la naturaleza de los gatos colaboraron para que estas creencias se volviesen firmes: la forma de la pupila en posición vertical, la nocturnidad, las relaciones sexuales ruidosas y el halo de misterio por ser animales más bien solitarios. En esta época hubo indiscriminada matanza de gatos en toda Europa. Tal fue la misma, que se cree que la peste negra no hubiera cobrado tantas víctimas si los gatos no hubiesen sido eliminados en números tan escandalosos como lo fueron.
4. En la Inglaterra victoriana, se ligó a los gatos negros con augurios de prosperidad para los matrimonios recién casados. Las esposas de los marineros, procuraban tener un gato negro en sus casas ya que se creía que eso aseguraba un retorno a salvo de sus esposos. De hecho, tener un gato a bordo de un barco era común, no solamente por su instinto cazador, sino porque de su conducta se desprendían distintas teorías, por ejemplo, si un gato se lanzaba al agua, significaba que una desgracia era inminente; si se revolcaba con su lomo en el piso y su barriga hacia arriba, quería decir que habría tormenta. En Escocia, los gatos negros significaban prosperidad. En Irlanda en cambio, si una persona se cruzaba con un gato negro una noche de luna llena, significaba que una epidemia estaba por desatarse.
5. En Japón, los gatos blancos son considerados de buena suerte. La leyenda narra que en un monasterio muy pobre, vivían un monje anciano y su gata, Tama. Una noche de tormenta, Tama se acercó a un hombre rico que estaba refugiándose bajo un árbol, cerca del templo. Agitando su pata derecha, le indicó al hombre que la siguiera. El hombre se levantó, sorprendido por la actitud de la gata. En ese momento, un rayo cayó sobre el árbol y lo destruyó, por lo que el hombre, agradecido con Tama por salvarle la vida, llenó de riquezas al monasterio Goutukuji. Una vez fallecida Tama, se creó en su honor la figura de Maneki-Neko, “el gato de las señas” o “el gato que invita a pasar”, símbolo de prosperidad y buena suerte. Hoy, el templo Goutukuji es muy popular y quienes lo visitan pueden ver un gigantesco cascabel que, según el mito, al sonar atrae a los espíritus de los gatos.