Demócrito

Demócrito fue un filósofo de la Antigua Grecia, nacido en la hoy desaparecida polis de Abdera, en la costa de Tracia. Se sabe que nació alrededor del 460 a.C. Hoy en día se le reconoce como el principal divulgador del concepto de átomo, y en cierto sentido, padre de la física moderna.

Primeros años

Desde muy joven, Demócrito mostró un interés bastante fuerte por la comprensión del mundo. A menudo se desentendía de sus ocupaciones cotidianas, por estar concentrado en alguna de estas cuestiones. Aprendió cuestiones como astronomía en su propia casa, pero su más destacado maestro fue Leucipo de Mileto, creador de la teoría de los átomos, que lo instruyó en éste y otros conocimientos.

Quiso seguir instruyéndose, para lo cual decidió viajar a otras tierras, en un periplo que le llevó a empezar en Egipto, pero se dice que terminó por hacerle llegar a la India. Para financiar su viaje, se hizo con la parte en metálico de la herencia de su padre, la cual dividió con sus hermanos. Para cuando regresó a Abdera, no contaba con ningún recurso para subsistir. Se le acusó entonces de dilapidar la herencia paterna; lo que implicaba que al morir, no sería sepultado en el sepulcro familiar.

Acontecimientos destacados

Demócrito recurrió entonces a una defensa ingeniosa: escribió una obra llamada Gran Diacosmos, que leyó en público, y que fue tan del agrado de la concurrencia, que fue dispensado de las acusaciones, e incluso le procuró algo de dinero.

De hecho, Demócrito destacó por su carácter jovial y desenfadado, al punto de ser recordado como “El filósofo que ríe”. Fue muy prolífico en cuanto a la obra escrita que produjo, en especial la dedicada a la física. Lamentablemente casi toda esa obra se perdió, quedando sólo unas pocas obras dedicadas a la ética. También esta falta ha hecho que mucho de su vida revista un carácter legendario.

El hecho cierto que ha llegado a nuestros días es la difusión que le dio a la Teoría Atomista, idea aprendida de su maestro Leucipo. Fue una primera aproximación al concepto moderno, por lo que hay algunas diferencias. La idea que prevalecía era que los objetos materiales podían ser divididos (por ejemplo, con un cuchillo o similar), en partes cada vez más pequeñas, hasta un número infinito de cortes.

Demócrito y los atomistas sostenían en esencia que esto no era así. La materia, sostenían, estaba conformada por partículas microscópicamente pequeñas, agrupadas de diversas maneras. Cuando se cortaba un objeto, el corte era posible porque el cuchillo pasaba por los espacios vacíos entre estas partículas, separándolas. Las partículas en sí mismas no podían ser cortadas, y de allí deriva el nombre de “átomo”, que significa “indivisible”.

A pesar de lo importante y abundante de su trabajo, y de lo afable y risueño de su carácter, Demócrito no fue demasiado conocido, principalmente por ser en exceso retraído. Se dice que viajó para conocer a Sócrates, pero no se atrevió a presentarse.

En el plano filosófico, negaba la existencia de dioses, ya que extendía la teoría de los átomos a este campo: “Nada existe, aparte de los átomos y el vacío”. Por su manera de ser, era proclive a cultivar el placer, pero rechazaba aquellos placeres que a la postre producían dolor.

Últimos años

A pesar de lo poco que se conoce de los años finales de Demócrito, se tiene por cierto que fue un hombre longevo, y algunas fuentes afirman que vivió más de cien años. Pero la estimación más fiable ubica la fecha de su fallecimiento en 370 a.C., viviendo 90 años. Fuentes como Cicerón afirman que se suicidó.

Legado

El principio atomista planteado por Demócrito le llevó a la concepción de que la materia podía dividirse en porciones muy pequeñas, que se acumulaban. Este concepto se perdió para ser retomado dos mil años después por Isaac Newton y Leonhard Euler.

La teoría expuesta por Demócrito se tiene como ejemplo de ideas desarrolladas en la Edad Antigua, y que se perdieron en la Edad Media, y que retrasaron el conocimiento humano por siglos.