El alquimista

El alquimista es una novela escrita por el brasileño Paulo Coelho, publicada por Editorial Planeta en 1988.

Género de la obra

Es una novela que tiene diversas lecturas. Por una parte, narra las aventuras de un joven en una búsqueda personal, y los retos que debe superar, sin descuidar lo que tiene que ver con el amor. Por otra, contiene una reflexión acerca del sentido de la vida, y sobre lo que hacemos para que nuestros sueños se cumplan.

La novela está construida alrededor de un relato base: dos hombres que sueñan, cada uno, que deben buscar un tesoro en la ciudad donde vive el otro. Coelho agrega elementos de su propia cosecha para construir su versión de la historia.

Algunos personajes principales

Santiago: protagonista de la historia, joven pastor de ovejas que vive en Andalucía, y quien recorre largos caminos en busca de su leyenda personal.

Melquisedec: sabio anciano que convence a Santiago de seguir su sueño.

El Alquimista: maestro en el tema, quien ayuda a Santiago a conseguir su leyenda personal.

El aprendiz de alquimista: un inglés que quiere aprender todo sobre el tema, pero aún no sabe nada.

Fátima: chica de la que se enamora Santiago, y quien le aconseja seguir en la búsqueda de su leyenda personal.

El viejo cristalero: anciano dueño de un negocio que le da trabajo a Santiago, lo que le permite ahorrar dinero para proseguir su viaje.

Resumen del libro El alquimista

Santiago es el protagonista, un joven pastor de ovejas que vive tranquilo en Andalucía, hasta que empieza a tener un sueño que se repite: en el sueño, viaja hasta las pirámides de Egipto, y excava cerca de ellas para encontrar un tesoro. Decide consultar a una gitana para que interprete su sueño, pero la mujer le da una enigmática respuesta acerca de cumplir su leyenda personal. Insatisfecho, deja a la gitana y decide volver a su rebaño. Sin embargo, se encuentra con un anciano, Melquisedecque le convence de hacer el viaje a Egipto. Para ello vende sus ovejas e inicia el viaje.

Nada más llegar a la tierra de las pirámides, es abordado por un hombre que le ofrece ayuda, ya que Santiago no hablaba árabe. El sujeto resulta ser un ladrón que lo despoja de todas sus pertenencias. Decepcionado, decide regresar a Andalucía. Pero debe reunir dinero para el viaje y para reponer las ovejas, de modo que consigue trabajo con un viejo cristalero. Al principio sólo le ayudaba, pero empieza a aconsejarle al anciano mejoras que hacen que su negocio produzca más. Al cabo de un año, la cristalería había progresado enormemente, y Santiago se despide de su empleador. Pero en vez de regresar a Andalucía, decide continuar la búsqueda del tesoro.

Se une a un grupo de personas del desierto, donde conoce a un inglés, aprendiz de alquimista, que se hace su amigo. Aprende un lenguaje llamado “El idioma del mundo”, el cual le permite entender todas las señales no verbales que tiene el mundo que le rodea. Siendo testigo de las guerras entre nómadas, debe hacer escala en un oasis, donde conoce a Fátima, una muchacha de la que se enamora, y que además le aconseja completar su leyenda personal, mientras ella lo espera. El idioma del mundo le permite conocer sobre el próximo ataque que planea una tribu rival, lo que permite avisar al jefe, que logra repeler a sus enemigos. Con ello gana el respeto de la tribu. También conoce a un viejo alquimista, que le ofrece ayudarlo a conseguir su leyenda personal y su tesoro escondido.

En el camino son apresados por otro clan, que cree que son espías de algún enemigo. El viejo alquimista afirma que Santiago puede convertirse en viento. Los hombres le dan un plazo de tres días para probarlo. Luego de dos días sin lograr nada, al tercer día Santiago tiene una serie de conversaciones con fuerzas naturales como el desierto, el viento y el Sol. A través de estas conversaciones logra una comprensión de la naturaleza y de la vida, que le permiten convertirse en viento. Los hombres los liberan.

Ya en Egipto, el Alquimista deja solo a Santiago, que sigue leyendo las señales del idioma del mundo. Esto le permite llegar a un sitio donde cree que está el tesoro. Empieza a cavar, pero es abordado por ladrones que lo despojan de todo y lo golpean. Cuando Santiago les explica lo que busca, lo obligan a seguir cavando. Pero no hallan nada. El jefe de los ladrones le cuenta entonces que él también había soñado que encontraba un tesoro en Andalucía, pero no era tan estúpido como para cruzar el desierto buscándolo. Allí Santiago tiene una revelación.

Regresa a Andalucía, y al pie del árbol donde solía dormir, excava y halla un cofre con monedas y joyas. Comprende el sentido de su búsqueda, y sabe que puede regresar con Fátima.



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