El combate de Angamos
Resumen, causas y consecuencias.
El combate de Angamos es el nombre con el que se recuerda una batalla naval que tuvo lugar el 8 de octubre de 1879 entre navíos de la Armada peruana y la Armada chilena, como parte de la Guerra del Pacífico o del Salitre, sostenida por Chile contra una coalición de Perú y Bolivia.
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Antecedentes
Luego de las guerras de independencia, los conflictos limítrofes entre las antiguas colonias estaban a la orden del día. Uno de los que se mantenían más activos se hallaba en el desierto de Atacama, cuya zona costera era muy importante para la producción de salitres. Atacama, y en especial el puerto de Antofagasta, se hallaban en la salida al mar de Bolivia, pero en la misma operaban compañías salitreras de Chile.
En aquella época eran más severos los conflictos y tensiones por los territorios en las fronteras. Esto dio origen a acuerdos secretos, como el que se forjó entre Bolivia y Perú por aquellos años, para brindarse apoyo en caso de una eventual agresión. Tal ocurrió cuando se declaró la guerra del Pacífico, oficialmente iniciada cuando Chile ocupó la región de Antofagasta en reclamo por un impuesto del gobierno boliviano a las compañías salitreras. Debido a la patente inferioridad militar de Bolivia, Perú intervino en virtud del tratado secreto, iniciándose de ese modo un conflicto armado que se desarrolló principalmente en el Océano Pacífico.
Protagonistas
Las figuras relevantes de la batalla fueron el contraalmirante peruano Miguel Grau, al mando del monitor “Huáscar”, y el también contraalmirante chileno José Galvarino Rivero, conductor de la fragata blindada “Blanco Encalada”. Entre estos dos navíos se decidió la batalla, aunque otros buques participaron en la misma.
Causas
Conscientes de la superioridad militar del Chile, la Armada peruana se sirvió de una estrategia de ataque y huida a navíos específicos chilenos. Para ello se sirvieron de la fragata blindada “Independencia”. Desafortunadamente para ellos, la fragata fue neutralizada por los chilenos al principio de la guerra, por lo que Perú continuó con su estrategia sirviéndose de otro buque blindado: el monitor “Huáscar”.
En virtud de que la estrategia chilena consistía en imponer su superioridad marítima, decidieron entonces iniciar literalmente una cacería del “Huáscar”, para así desbaratar la estrategia peruana. La oportunidad para Chile tendría lugar cuando uno de sus convoyes dirigido a Antofagasta fue informado de un reciente avistamiento del “Huáscar” en el puerto, tras lo cual se había dirigido al norte.
Desarrollo de los acontecimientos
El “Huáscar” se hallaba navegando con el navío “Unión”, cuando se inició la persecución. El comandante Grau divisa tres de los navíos chilenos: “Blanco Encalada”, “Matías Cousiño” y “Covadonga”. La estrategia peruana consistió en poner al “Unión” a arrojar gran cantidad de humo para distraer a los perseguidores, mientras el “Huáscar” escapaba. La estratagema rindió frutos, hasta que repararon en la presencia, desde otra dirección, de los navíos “O’Higgins”, “Cochrane” y “Loa”. No quedaba más remedio que el enfrentamiento; y para este caso, las órdenes del “Unión” eran evitar el combate. El “Huáscar” estaba solo, y debió enfrentar al “Cochrane”.
En virtud del inminente acercamiento, el blindado peruano dio inicio al ataque, causando unos pocos daños, dado el mejor blindaje de las naves chilenas. El “Cochrane” no respondió de inmediato, y sólo lo hizo cuando estuvo a una conveniente distancia de tiro. Este combate fue encarnizado, provocando severos daños al “Huáscar”, y causando la muerte del comandante Grau. De nada valieron a los tripulantes del “Huáscar” sus dramáticos intentos de contraataque, y la situación llegó a su desenlace cuando entró en escena la fragata “Blanco Encalada”.
El “Huáscar” no pudo enfrentar a los dos navíos, por lo que poco antes de las once de la mañana, decidió presentar rendición, tras lo cual fue abordado.
Acontecimientos posteriores
La Armada chilena sumó el navío capturado a su flota, tras lo cual consolidaría su supremacía marítima, y eventualmente ganaría la guerra, y Bolivia perdería su salida al mar. El “Huáscar” siguió prestando servicio hasta 1896, cuando explotó una de sus calderas y fue dado de baja. Actualmente se conserva en el puerto de Talcahuano como museo marítimo.