El inexorable declive del tigre, animal en extincion

El tigre está desapareciendo a pesar de todas las medidas de protección para salvarlo, lo cual constituye un precedente poco alentador para el resto de las especies. Hay que concientizarse para salvar a los animales en extinción.

Efectivos en constante regresión

A comienzos del siglo XX aún quedaban 300,000 tigres que poblaban una gran área de distribución que se extendía desde el mar Caspio hasta extremo Oriente. De éstos, en 1945 sólo subsistían 100,000, y en 1970, 15,000. Los efectivos actuales se estiman entre 5,000 y 7,500 ejemplares.

Desde 1945, de las 8 subespecies de tigres que existían han desaparecido 3, y de las otras 5, el tigre de China del Sur cuenta con apenas 30 ejemplares, y los de Siberia y Sumatra alrededor de 400 cada una. Los tigres se encuentran distribuidos en una decena de países, pero es en la India (con el famoso tigre de Bengala) donde se encuentra la población más importante, probablemente más de la mitad de la especie.

El proyecto tigres, puesto en marcha en la India en la década de 1970, fracasó debido a la oposición con que chocaron las reivindicaciones esgrimidas por las comunidades que vivían cerca de las reservas acerca de la necesidad de mejorar sus medios de vida.

Demasiadas desventajas

El tigre reúne una serie de desventajas que dificultan su supervivencia. Por un lado, su estatus de gran carnívoro no despierta precisamente las simpatías de las poblaciones locales. Por otro, sus necesidades nutritivas son importantes, y la caza y las actividades humanas reducen la cantidad de presas a su disposición.

Los tigres viven principalmente en la selva, un medio que se está viendo reducido a su mínima expresión. Pero, sobre todo, se trata del animal fetiche por excelencia de la medicina tradicional china, que cuenta con millones de adeptos en todo el mundo. Prácticamente todas las partes de su cuerpo tienen una función terapéutica, aunque lo más apreciado son sus huesos.

Sólo el cuerpo de un tigre recién cazado vale unos 6,000 dólares, y sus diferentes partes, una vez comercializadas, pueden alcanzar los 5 millones. Sin embargo, los ingresos de los campesinos asiáticos que comparten su hábitat con el tigre raramente superan los 10 dólares al mes. Dada esta situación es evidente que el precio de un tigre es una provocación permanente a la caza furtiva, caza que los distintos Estados nunca han logrado erradicar, sobre todo teniendo en cuenta que sus mismas autoridades están implicadas en ella.

Para evitar la desaparición del tigre hay que aplicar una política enérgica que permita erradicar el tráfico clandestino y cuente, además, con el apoyo de las poblaciones locales, pues es fundamental que éstas tomen conciencia de la importancia que tiene la preservación de esta especie.

El guepardo (Acinonyx lobatos) es una especie en constante regresión.

Aunque el tigre se halla particularmente amenazado, otros muchos felinos también se encuentran en una situación crítica. Estos grandes animales necesitan territorios extensos para cazar, por lo que son especialmente sensibles a la expansión de las actividades humanas. Éste es el caso del ocelote (9,000) en América Latina, del leopardo de las nieves (5,000) en Asia, del lince ibérico (600) en Europa, y del guepardo (25,000) en África. El león, por ejemplo, ha desaparecido de buena parte de su área de distribución histórica, y concretamente del Atlas marroquí (en 1922)

Un precedente inquietante

El proceso de extinción del tigre es particularmente inquietante en la medida en que manifiesta la incapacidad de la humanidad para frenar la desaparición de las especies. Sin duda, resulta realmente preocupante pensar cómo podremos salvar a los invertebrados del subsuelo si no somos capaces de salvar a un animal como el tigre.



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1 respuesta

  1. denises gomez dice:

    protejan a este animal

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