El Leopardo

El leopardo (Panthera pardus) es un mamífero que pertenece a la familia de los félidos. Estos felinos descansan arriba de los árboles para evitar depredadores y aliviar el calor diurno. Usan su olfato para comunicarse y marcan su territorio con su orina.

Características físicas del leopardo

Entre las características más distintivas de los leopardos destaca que poseen un cuerpo musculoso, robusto y fuerte; su pelaje es de color amarillo con manchas, también llamadas rosetas, negras que pueden ser redondeadas, o bien más semejantes a cuadrados; sus dientes son muy afilados al igual que sus garras retractiles; sus ojos son grandes, pudiendo ser verdes, amarillos, grises o azulados, y están ubicados al frente de su cabeza, lo cual le ayuda a calcular la distancia a la hora de la caza; sus patas traseras tienen cuatro dedos; mientras que las delanteras tienen cinco; su cabeza es redondeada; su cola, delgada y larga.

El leopardo, tal y como otras especies de grandes felinos, posee una variación llamada pantera. Las panteras se diferencian en su aspecto físico porque son negras, y se ubican con mayor frecuencia en las laderas de montañas africanas y en la selva ecuatorial. Otra variación genética que cambia el aspecto físico de este animal es el leopardo rosa. Los leopardos rosas tienen un pelaje más claro, pero aun así conservan sus manchas. En general, su manto se ve más rosáceo y sus manchas más claras.

Además de estas variaciones genéticas, las diferentes subespecies del leopardo poseen algunas características distintivas:

El leopardo de Amur destaca por su pelaje mucho más denso que el de otras subespecies de leopardo, pudiendo crecer hasta unos 7 cm en invierno. Este largo manto le permite resistir bajas temperaturas. En cuanto a coloración, son de un tono dorado pálido en invierno, y más anaranjado en verano. Sus manchas son distintivas; ya que son de mayor tamaño y están más separadas unas de otras. El leopardo de Persia es, posiblemente, la subespecie más grande que existe, cuenta con una contextura bastante robusta y su pelaje puede llegar a ser de un tono muy pálido. El leopardo de Arabia es de un tono claro, contando con una zona amarilla más intensa en su espalda, el resto de su cuerpo puede llegar a ser casi blanco o de un tono grisáceo. Se trata de la subespecie más pequeña.

El leopardo de Indochina posee manchas oscuras muy juntas, lo que hace parecer que su pelaje es más oscuro que el de otros leopardos. Su pelaje es bastante corto. El leopardo de Ceilán tiene una figura esbelta y manchas pequeñas. El leopardo indio tiene orejas pequeñas y redondas, un hocico ancho, pelaje crema y naranja, y manchas más pequeñas que otras subespecies. El leopardo chino del norte es mediano con un pelaje naranja oscuro. El leopardo africano es grande, amarillento, y con manchas redondas y pequeñas. Su cabeza es de gran tamaño y sus ojos dorados. Al final de su cola, varias manchas negras se fusionan.

Los leopardos miden hasta 200 cm de largo, pero lo usual es que vayan de los 90 a los 165 cm, sin incluir la cola. Su cola mide de 60 a 110 cm. Su altura hasta la cruz varía entre unos 50 u 80 cm. Los machos son más grandes que las hembras y pesan entre 30 y 90 kg; mientras que las hembras pesan entre 25 y 60 kg. Los rangos tan variados de peso, altura y longitud son debido a que algunas subespecies de leopardo son más grandes que otras. Se cree que el leopardo de Persia podría ser la subespecie más grande, superando en peso y talla a todas las otras subespecies.

Hábitat del leopardo

Los leopardos habitan en África subsahariana; es decir, en todo el continente africano exceptuando el norte de éste. Además, se encuentran en el norte, sur y sureste de Asia.

Se le puede encontrar en sabanas, por ejemplo, en la pradera volcánica del Serengueti, situada al norte de Tanzania. Algunos árboles crecen aislados, proporcionando refugio para los leopardos que son ágiles trepadores. Otras zonas más boscosas del Serengueti también son un buen hogar para este felino. En Asia, se les puede encontrar desde Arabia hasta el este de Rusia. Hablando en términos generales, nos damos cuenta que los leopardos están presentes en casi todos los hábitats; ya que pueden vivir en selvas tropicales, estepas, montañas, regiones alpinas, praderas, sabanas, algunos desiertos y distintos tipos de bosques.

La distribución de los leopardos, sin embargo, varía según la subespecie:

La especie más común de leopardo es el leopardo africano, que habita la mayor parte de África. Esta es la única subespecie que se encuentra en este continente. También es la que se observa en zoológicos con mayor frecuencia. Otra subespecie de leopardo, llamada leopardo de Amur, es la más rara de todas, debido a que solo unos cuantos quedan en estado salvaje. Esta especie actualmente sólo habita Siberia, específicamente en la cordillera Sijoté-Alín. La subespecie llamada leopardo de Persia habita en Armenia, Irán, Azerbaiyán y algunos estados en Asia Central. El leopardo de Arabia es nativo de la península Arábica y habita también en el desierto del Néguev.

El leopardo de Indochina habita el sudeste asiático y el sur de China. Está confirmado que aún se encuentra en estado salvaje en Myanmar, Camboya, Tailandia, China y Malasia. El leopardo de Ceilán es nativo de Sri Lanka, donde vive en bosques húmedos, selvas tropicales y zonas áridas con matorrales. El leopardo indio habita en Nepal, Bangladesh, Pakistán, la India y Bután. Se puede encontrar en los Himalayas, donde habita a grandes alturas. También se distribuyen en zonas templadas, tropicales y secas, y bosques caducifolios y de coníferas. El leopardo chino del norte es otra subespecie muy rara de hallar que habita en praderas y bosques de China Septentrional. El leopardo de Java vive en la isla indonesia que lleva el mismo nombre, donde se le puede observar desde en selvas densas tropicales, hasta en bosques caducifolios.

Alimentación del leopardo

Estos carnívoros se alimentan de una gran variedad de animales. Básicamente, cazan todo lo que se encuentren en el camino, lo que incluye: gacelas, impalas, chacales, asnos salvajes, cebras, muflones, uriales, serpientes, cabras montesas, cabras bezoar, tures del Cáucaso, escarabajos peloteros, puercoespines, erizos, tejones, ardillas, marmotas, ñus, nilgós, jabalíes, búfalos, ranas, ciervos, liebres, zorros, peces, cangrejos, mapaches, damanes, lagartijas, antílopes, jirafas, roedores, martas, corzos, babuinos, chimpancés, gorilas, langures, gatos dorados africanos y ganado, además de los cachorros de guepardos, osos y leones. Con menos frecuencia, se alimentan de cocodrilos. Una vez que estos felinos atrapan sus presas, las arrastran hasta arriba de los árboles para que otros carnívoros como las hienas y los chacales no les roben su comida. Los leopardos poseen una increíble fuerza que les permite llevar presas más pesadas que ellos hasta la cima de los árboles.

A la hora de cazar, estos félidos dependen de su vista y su oído. Asechan a su presa sigilosamente para poder sorprenderla y matarla con una mordedura en el cuello. En otras ocasiones, observan a sus presas desde las copas de los árboles, y cuando están listo, saltan desde lo alto y las sorprenden. Al ser buenos nadadores, también les permite cazar en ambientes acuáticos. Cazan toda la noche hasta el amanecer. Por lo general, solo cazan de día cuando la comida es escasa y evitan las horas más calientes. Es muy común que se alimenten de carroña y que roben las presas de otros animales.

Características del leopardo

Reproducción del leopardo

Ya que son solitarios, las hembras y los machos solo se encuentran para poder reproducirse, y esto lo hacen gracias al sentido del olfato y llamados a distancia. Las hembras tienen la posibilidad de aparearse varias veces al año, pero es más probable que esto ocurra en la época lluviosa cuando hay más abundancia de comida.

Para poder aparearse, los machos recorren enormes distancias y, ocasionalmente, deben luchar contra otros machos. Después, el macho vuelve al lugar donde originalmente habitaba, lo que requiere un esfuerzo físico enorme.

La gestación dura 3 meses, y usualmente paren de 2 a 4 cachorros, los cuales son amamantados por su madre los primeros cuatro meses. Al momento de nacer pesan unos 600 gramos aproximadamente. En sus primeros tres días de vida, cuando sus ojos aún están cerrados y tienen movimientos torpes, su madre se queda junto a ellos en todo momento.

Las crías viven con sus madres los primeros dos años de su vida. Las hembras de los leopardos crían solas a sus cachorros. Los cachorros tienen una alta tasa de mortalidad; ya que son atacados por otros felinos; sin embargo, sus madres los intentan proteger resguardándolos en los matorrales y cuevas que encuentren. Cada semana, la familia se muda de un refugio a otro para evitar que el olor empiece a atraer a otros depredadores.

Mientras la madre cría a sus cachorros, alimentarlos a todos supone un reto. Algunos mueren de hambre antes de poder independizarse. En ocasiones, cuando la comida es muy escasa, la madre solo será capaz de alimentar a uno de sus cachorros, y los otros morirán. Cuando los cachorros aún son muy pequeños, no pueden acompañar a su madre a cazar; por lo que deben quedarse solos por largos ratos y esto también supone un gran riesgo para sus vidas. Al cumplir los tres meses, los cachorros acompañan en la cacería y, al ser tan enérgicos, luchan entre sí en forma de juego para establecer jerarquías. Ya para este momento todos deben estar destetados.

Una vez que se separan de sus madres, los leopardos machos viajan lejos en búsqueda de un territorio que no haya sido reclamado ya por otro macho. Las hembras, sin embargo, suelen vivir en un territorio cercano al de su madre y, en ocasiones, incluso compartir con ella parte de su territorio.

Información general

Cuando la comida escasea, los leones, perros salvajes africanos y hienas son capaces de matar cachorros de leopardo para alimentarse. Los leopardos adultos son matados por estos animales con mayor frecuencia debido a disputas territoriales.

Los leopardos utilizan la orina y marcas que dejan con sus garras en los árboles para marcar territorio. Los machos son territoriales entre sí, pero permiten que las hembras accedan libremente a su territorio.

Llegan a vivir 20 años en cautiverio. En libertad, viven un poco menos, entre 12 y 15 años, debido a que enfrentan más dificultades.

Alcanzan casi los 60 km/h al correr y pueden saltar increíbles distancias. Horizontalmente, pueden saltar unos 6 metros; y verticalmente, unos 3 metros.

Con bastante frecuencia atacan a animales domésticos, como perros, gatos y ganado, y un poco menos seguido, a humanos.

Actualizado: Noviembre 23, 2020



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