La Cultura y Civilización Inca
Sociedad, religión, arte y ciencia
La civilización inca, también llamada Imperio inca, fue una cultura que llegó a ocupar un extenso territorio a lo largo de la costa Pacífica de América del Sur. Sus orígenes se fechan alrededor del 1200 d.C., cuando las tribus huallas, lares y poques se unificaron alrededor del liderazgo de Manco Capac, y se establecieron en el Cuzco.
Fue la última de las grandes culturas precolombinas en ser sometida por los conquistadores españoles, y los remanentes de esta cultura aún persisten en la región de Ecuador, Perú y Bolivia.
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Sociedad
La sociedad inca, si bien tenía un carácter monárquico en cuanto a la forma de gobierno, y poseía un par de castas privilegiadas que se diferenciaban marcadamente del pueblo, poseía, dentro del mismo pueblo, una estructura bastante igualitaria.
El gobernante soberano era llamado Inca, y gozaba de gran parte de los privilegios. Había una élite sacerdotal y militar bastante acomodada, y más abajo de la estructura se hallaba el pueblo.
Pero según estudios, a pesar de la evidente desigualdad social, el pueblo no era una masa de campesinos viviendo en condiciones de pobreza. La población en general estaba bien organizada, y se tenía un alto sentido de la responsabilidad de cada individuo, familia y grupo de familias en el mantenimiento de la estructura social y la infraestructura física del Imperio.
Arte y cultura
La arquitectura fue, indiscutiblemente, la actividad artística donde más se destacaron los incas. Estructuras monumentales, pirámides, palacios y ciudadelas construidas en medio de parajes inhóspitos y de difícil acceso constituyen no sólo proezas del arte, sino también de la ingeniería.
Los incas dejaron también un importante legado literario, además de practicar música y danza. Hasta los días actuales llega el nombre de uno de los instrumentos más conocidos de tradición inca: la quena, instrumento de viento de sonido dulce, parecido al de una flauta.

La quena – Foto: Museu de la Música de Barcelona
Ciencia
Los conocimientos desarrollados por los incas en el área de construcción no sólo les permitieron desarrollar una arquitectura sólida. También, y con ayuda de los pobladores, construyeron una vasta y fluida red de caminos que mantenían a todo el Imperio en buena comunicación.
También se sabe que lograron practicar procedimientos quirúrgicos, incluso en la cabeza de heridos, que les permitieron salvar muchas vidas.
Tuvieron también un sólido desarrollo en matemáticas, que les permitió aplicarse en la agricultura y administración de tierras y tributos. Esto adicionado a un también gran conocimiento astronómico, aplicado también a la agricultura: calcular los tiempos de siembra y cosecha.
Religión
Las divinidades incas tenían un carácter animista, en el sentido de representar muchas de ellas elementos de la naturaleza: por ejemplo Inti, dios del Sol y principal deidad. Este dios tenía apariencia de niño o muchacho. Su contraparte era Pachamama, diosa de la Tierra y la fertilidad. A veces representada como esposa de Inti, tenía aspecto de niña.

Inti, dios del Sol – Foto: Matthew Barker
Sin embargo, otras crónicas informan que la deidad más importante y esposo de Pachamama era Viracocha, dios creador y ordenador del mundo. Esto debido a que los incas no tenían un panteón estricto.
Los fundadores, Manco Capac y su esposa Mama Quilla, también tenían condición de dioses, y muchas de las cosas que hicieron y vivieron tenían carácter legendario.
Decadencia
A semejanza de la civilización azteca, los incas no vivieron una etapa de decadencia marcada por el deterioro de las instituciones o por la corrupción de sus gobernantes. Eran una cultura sólidamente establecida, cuando se vieron enfrentados a los conquistadores españoles en el siglo XVI.
Francisco Pizarro dirigió a los hombres que conquistarían Perú, asesinando al último Inca, Atahualpa. A pesar de que luego de la conquista persistieron focos de resistencia, estos serían sometidos, y la civilización inca nunca se recuperaría.