La picadura de abeja
Una salida a la montaña es una de las prácticas físicas más recomendadas ya que, además del esfuerzo físico, podemos realizar otras actividades que en la gran ciudad no podemos hacer, sea la fotografía, conocimiento de distintas especies de plantas como arbustos o árboles, o incluso insectos, que nos van a rodear en todo el camino de la ruta que hayamos escogido.
Especial cuidado deberemos tener con las abejas. Son especialmente abundantes, ya que ese es su “lugar de residencia” y a nadie le gusta que entren en él sin estar invitados. Siempre lo van a entender como un ataque, y cuando esto sucede y nos pican, tendrás que saber qué hacer.
Qué hacer ante las picaduras de abejas
En primer lugar, quitar el aguijón de la zona afectada. La mejor herramienta o utensilio en medio del campo puede ser un paño limpio, y con él se frota la herida.
Aparecerá un enrojecimiento de la piel y posiblemente una pequeña úlcera. Normalmente, si sólo es una picadura, no debe suceder nada más. Si tienes más de una picadura y llevas un antihistamínico tómatelo.
Remedios caseros para picaduras de abejas
Hay muchos remedios caseros para mitigar los dolores que aparecen después de la picadura. Aquí mencionamos algunos:
– Colocarse barro en la picadura. Una vez se ha extraído el aguijón, se tiene que poner un poco de barro. Desaparece la pequeña úlcera que había dejado la herida del aguijón y nos deja de picar la herida.
– Impregnar un paño con vinagre o bicarbonato sódico y dejarlo en la herida unos 15 minutos.
No hay que olvidar que los animales están en su hábitat natural y que el intrusismo es el peor remedio para llevarnos bien con ellos. Siempre hemos podido ver que cuando se acerca una abeja, empezamos a mover los brazos intentando deshacernos de ella, no es el mejor método, lo correcto es dejar que se vaya por sí sola.
Repelente para abejas
Si estás en tu casa, puedes preparar un buen repelente natural para abejas, a base de aceite de naranja. Mezclas dos partes de aceite de naranja con una de agua y lo esparces donde tu quieras, preferiblemente en huecos de madera o sitios donde se puedan esconder.
Recuerda que las abejas pueden estar en cualquier hueco de un árbol, de un tronco que esté en el camino, de un matorral.