La metamorfosis

La metamorfosis es una novela corta del escritor praguense Franz Kafka. Fue publicada en alemán en 1915 por la editorial de Kurt Wolff. Aunque la ciudad de Praga pertenece a la República Checa, para la fecha de la publicación pertenecía al Imperio Austro-Húngaro. Es una de las novelas más conocidas del autor.

Algunos personajes principales

El personaje central es el viajante de comercio, Gregorio Samsa. Vive en un pequeño departamento con su familia: su hermana menor, llamada Grete, y sus padres. En la historia aparecen tres huéspedes del departamento, el gerente de la empresa donde trabaja Gregorio, y dos criadas. Salvo Grete y Gregorio, los otros personajes no aparecen con sus nombres. Se nombran de manera genérica como “El padre”, “La madre”, “El apoderado” o “La criada”.

Género de la obra

La metamorfosis desde el principio de la obra se percibe, por los acontecimientos, que se trata de una novela de literatura fantástica. Podría describirse como una obra de realismo mágico, aunque el único suceso que se corresponde con esto es la transformación que sufre el protagonista. Lo que tiene que pasar Gregorio Samsa a lo largo del relato puede entenderse como reflejo del agobio del individuo ante una sociedad que le resulta opresiva, sobre todo al sufrir algún cambio radical en sus circunstancias de vida. Se ha querido percibir un sesgo autobiográfico en esta novela, pero esto no está del todo claro.

Resumen del libro La metamorfosis

La historia comienza un amanecer cualquiera, contando que Gregorio Samsa tuvo un sueño intranquilo. Sin idea de cómo ocurre, el joven despierta convertido en un insecto de tamaño monstruoso. En la novela no se refiere qué tipo de insecto es, sólo se menciona por su tamaño; muchos lectores refieren que se trata de algún insecto similar a un escarabajo o a una cucaracha. Como debe ir a trabajar para mantener a sus padres y a su hermana menor, intenta levantarse, pero no lo logra.

Gregorio intenta disimular su condición con su familia cuando ésta le hace notar que se le hace tarde; y al principio lo logra. Pero la situación empeora cuando su jefe en persona se presenta en su casa para averiguar por qué no ha ido a trabajar. Es allí cuando el jefe y la familia se dan cuenta de la transformación. El gerente huye despavorido, en tanto que la familia de Gregorio lo mira con rechazo y asco. Estos sentimientos se definen mejor un poco después: El padre de Gregorio lo odia, su madre siente una mezcla de compasión y miedo. Sólo su hermana le guarda aún la suficiente estima para cuidarlo, asear su habitación y llevarle de comer.

La incapacidad de Gregorio hace que la familia al principio se cuestione sobre lo que será su vida, ya que dependen por completo del joven. Sin embargo, empiezan a organizarse. El padre consiguió trabajo en un banco, en tanto que la madre y Grete aún cuidan a Gregorio, entre otras cosas, vaciando su habitación para que pueda moverse sin impedimentos. Esto se hace cada vez más difícil: en una ocasión la madre de Gregorio lo halla posado en una pared, y el susto hace que se desmaye. El padre, creyendo que Gregorio ha intentado hacerle daño a la mujer, comienza a atacarle arrojándole manzanas,  y una de ellas queda clavada en la espalda del insecto, produciendo una severa herida.

El tiempo transcurre de esta manera estrambótica. Grete y su madre consiguen empleo, además, la familia alquila una de las habitaciones del departamento a tres inquilinos. El estado de Gregorio empeora a medida que la manzana que lanzó su padre se pudre sobre su herida. En una ocasión, estando los inquilinos en la sala de estar, y Grete tocando el violín, Gregorio salió de la habitación para apreciar mejor la música, quedando a la vista de todos, inquilinos incluidos. La reacción aparatosa de todos culmina con el anuncio de los inquilinos de abandonar el departamento sin pagar. La familia llega a la conclusión de que Gregorio está consumiendo sus vidas y hay que librarse de él.

El desenlace llega, sin embargo, esa misma noche, en que a consecuencia del hambre y de la herida infectada, Gregorio termina muriendo en su habitación. De alguna manera que no se explica en el relato, la criada dispone del monstruoso cadáver. A pesar de la noticia, la familia encuentra más bien alivio en el hecho, decidiendo tomarse ese día libre para descansar, pasear y hacer planes de cara al futuro.



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