Octavio Paz

Octavio Paz fue un poeta mexicano, uno de los más influyentes del siglo XX. Nació en la Ciudad de México, el 31 de marzo de 1914. Su padre era un escritor llamado Octavio Paz Solórzano, y su madre se llamaba Josefina Lozano.

Primeros años

El padre de Octavio se unió al movimiento de Emiliano Zapata, por lo que quedó a cargo de su madre, en la casa de sus abuelos. Vivió luego un breve período en Los Ángeles acompañando a su padre, que servía un cargo administrativo para Zapata. Fue en los Estados Unidos que inició sus estudios, que luego continuó en México. Siendo que su padre había trabajado activamente con José Vasconcelos, el joven Octavio también simpatizó con el educador. Eventualmente se haría simpatizante de las ideas de izquierda.

A los diecisiete años ya había incursionado en la actividad literaria, fundando con otros jóvenes la revista “Barandal”. Ciertamente, su padre y su abuelo ya gozaban de prestigio en los círculos literarios, sin embargo, Octavio Paz brillaba con luz propia.

Acontecimientos destacados

Al mismo tiempo que cursaba estudios de derecho, se dedicó a cultivar al principio un tipo de poesía romántica e intimista, ocupada en explorar las emociones más ocultas. En lo político, militaba abiertamente con las ideas de izquierda, entonces en plena efervescencia. Es allí cuando se le comienza a señalar de no ser un “poeta revolucionario”, dado que el contenido de su trabajo estaba consagrado a temas distintos del acontecer político.

A pesar del reconocimiento obtenido por la calidad de su trabajo, y a pesar de ser invitado a eventos como el Congreso de Intelectuales Antifascistas que tuvo lugar en España en 1937, a Paz se le cuestionaba la supuesta contradicción entre la temática de su poesía y la ideología política que defendía. Paz decidió emprender un viaje de introspección a Yucatán, donde aprendió muchísimo de las raíces de su propio pueblo. Posteriormente, se involucró en la Guerra Civil Española, participando a favor del bando republicano. Ya el nombre de Octavio Paz trascendía las fronteras de su país.

Tuvo ocasión de cursar dos años de estudios en la Universidad de California en Berkeley, y luego comenzó a trabajar como diplomático. Alternaba las misiones en Francia y la India con su trabajo poético. También conoció el surrealismo, el cual abrazó con entusiasmo para trabajarlo en sus poemas. Renunció a la misión diplomática a raíz de la masacre de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.

Su ruptura con la intelectualidad de izquierda se hizo evidente cuando comenzó a denunciar los abusos de los gobiernos comunistas en el mundo. A pesar de ser un poeta consagrado, esta postura le valió la animosidad de gran parte de intelectuales, sobre todo en América Latina. Con todo, la Academia Sueca le confirió el premio Nobel de Literatura en 1990.

Últimos años

Octavio Paz perdió su vivienda en 1996, en un incendio debido a un cortocircuito. Le fue asignada residencia por orden presidencial en la Casa Alvarado, antiguo edificio de estética andaluza, monumento histórico, y que hoy es sede de la Fonoteca Nacional.

Posteriormente su salud se deterioró debido a que padecía de cáncer. Producto del agravamiento de esta dolencia, Octavio Paz muere el 19 de abril de 1998. Una gran multitud se congregó para su sepelio; y su cuerpo se incineró.

Legado

De lo intimista a lo folclórico, y luego a lo surrealista, la poesía de Octavio Paz es única e imposible de calificar. Hoy día se reconoce como uno de los máximos exponentes de la poesía latinoamericana, a la par con Neruda y Darío. En vida fue duramente criticado por su cuestionamiento frontal de las violaciones a los Derechos Humanos, en especial las cometidas por los gobiernos comunistas. Mas hoy es una referencia imprescindible en el quehacer poético mundial.

Entre las principales obras de Octavio Paz destacan: Luna Silvestre (1933), Entre la piedra y la flor (1941), El laberinto de la soledad (1950), Águila o sol (1951), El arco y la lira (1956), Las peras del olmo (1957), Libertad bajo palabra (1960), Salamandra (1962), Blanco (1966), Conjunciones y disyunciones (1969), Ladera este (1969), Los hijos del limo (1974), El mono gramático (1974), El ogro filantrópico (1979), Sor Juana Isabel de la Cruz o Las trampas de la fe (1982), El fuego de cada día (1989) y Vislumbres de la India (1995).