¿Qué es el parasitismo? Ejemplos explicados
El parasitismo, junto con el mutualismo y el comensalismo, es una de las asociaciones que se pueden establecer entre especies de seres vivos.
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¿Qué es el parasitismo?
El parasitismo es considerado por algunos autores como una forma de simbiosis, dentro de la cual una de las especies que participa en la asociación, el llamado huésped, se beneficia de la misma, a costa de los recursos del anfitrión, o incluso perjudicándolo.
El elemento distintivo del parasitismo, es que el parásito depende del anfitrión para ciertas funciones que le son esenciales. Esta relación de dependencia puede darse temporalmente, mientras el parásito logra cumplir algunas funciones que requiere, como crecimiento, reproducción o difusión. Otras relaciones parasitarias se establecen a largo plazo, por ejemplo cuando el huésped depende del anfitrión para alimentarse, desplazarse u otras funciones vitales.
Los parásitos pueden alojarse dentro del anfitrión, en cuyo caso se denominan endoparásitos (parásitos internos), en tanto que si viven fuera del organismo (en todo caso, sobre la superficie externa del mismo), se les llama parásitos externos, superficiales o ectoparásitos. Con frecuencia los ectoparásitos convierten al organismo anfitrión en su vivienda, y llegan a ser muy visibles y a cambiar la apariencia del anfitrión.
En algunas ocasiones, el organismo parasitado dispone de mecanismos de defensa contra los parásitos, como células de ataque o secreción de toxinas. Estos mecanismos a veces no resultan suficientes, y la acción parasitaria puede provocar daños al anfitrión, que pueden incluso resultar mortales. En este caso se habla de parasitoide.
Los parásitos suelen ser muy especializados, al punto de que un parásito particular sólo puede instalarse en alguna especie concreta. Un parásito puede residir en un anfitrión temporal, en el que pasa varias etapas de maduración, sin perjudicarlo, y de allí pasar a un anfitrión definitivo, en el que reside y se reproduce, en muchas ocasiones perjudicando al mismo.
Ejemplos de parasitismo
Es frecuente ver parasitismo en el reino vegetal, cuando una planta se fija a otra y la usa como sustrato para nutrirse, como en el caso de la llamada tiña, que es capaz de fijar sus raíces a las ramas o tronco del anfitrión. Produce unos pequeños frutos rojos que son consumidos por las aves, y esparcidos en las ramas de otros árboles por medio de las heces, que contienen las semillas.
Algunos insectos, como piojos, pulgas y garrapatas, así como ácaros, pueden parasitar animales más grandes, usualmente mamíferos cuya piel colonizan. Pueden causar muchas molestias, como escozor, ya que suelen ser hematófagos, o abren surcos en la piel para instalarse y desovar.

Garrapatas en la oreja de un perro
Existen también parásitos microscópicos, que se instalan en el anfitrión a través de diferentes vías. Están por ejemplo, los virus, que se infiltran en las células y las convierten en fábricas de más virus, y microorganismos como el que produce el paludismo o malaria. Este es un parásito que se aloja en la sangre, y ataca los glóbulos rojos. Usa un huésped temporal, el mosquito anófeles, en el que pasa algunas etapas de su desarrollo antes de pasar a la saliva del insecto, que lo contagia a través de la picadura. El mosquito adquiere el parásito cuando pica a una persona enferma. Es potencialmente mortal.
También existen los parásitos intestinales, alojados en el tracto digestivo, donde medran y se alimentan. Pueden producir diversos síntomas, como dolores abdominales, diarrea, vómitos o prurito anal. Estos parásitos se diseminan a través de las heces de la persona enferma, contaminada con los huevos.
Importancia y consecuencias
El parasitismo es vital para el parásito, porque el anfitrión juega un papel fundamental en algunas etapas de su desarrollo, o porque es imprescindible para sus procesos vitales. Muchas especies parásitas no pueden sobrevivir sin el anfitrión. Es por eso que enfermedades contagiosas con alta tasa de mortalidad no se esparcen demasiado. Las enfermedades parasitarias, sin embargo, pueden ser combatidas por medio de tratamientos que combaten el parásito, y medidas profilácticas y preventivas que lo mantienen a raya.