¡Quiero una mascota!
Paula es una niña de 9 años que le encantan los animales, así que fue con su mamá a la tienda de mascotas para conseguir un animalito, el problema es que no estaba segura de cuál mascota escoger.
Cuando entró a la tienda, primero se dirigió a donde estaban las tortugas. Las tortugas eran graciosas, la más chica se trepaba sobre la más grande, algunas nadaban y otras estaban en tierra, el problema es que pueden transmitir enfermedades, y hay que cambiarle el agua muy a menudo porque la ensucian mucho.
La mamá de Paula se quedó viendo unas peceras y Paula fue a ver los peces. Habían pequeños y grandes, también estaban los caracoles, habían unos pequeños que nadaban muy rápido, y unos grandes que nadaban muy despacito, pero Paula quería un animal con pelaje o con plumas.
La siguiente jaula era la de los conejillos de india, eran peludos y tiernos, para dormir se acurrucaban, habían unos con manchas y otros todos blancos, pero la casa de Paula es muy grande para un animal tan pequeño.
En ese momento, Paula vio una cosa peluda a lo lejos, ¡claro, los conejos! Estos eran un poco miedosos, comían zanahoria, y jugaban, Paula se enamoró de los conejos, y llamó a su madre, pero ella le dijo que eran muy pequeños.
Siguieron por la tienda y se encontraron con los pájaros, estos tenían plumas y eran ruidosos, unos verdes, otros rojos, unos grandes, otros pequeños, podían volar muy, pero muy alto, ¡hasta el cielo!, incluso había uno grande atrás de todos los canarios que hablaba, era un loro, pero a la mamá de Paula no les causaban mucha gracia porque hacían mucho escándalo.
Miau, miau, peludos, bonitos y con colas largas, ellos se revolcaban, maullaban y maullaban, pero una niña se llevó el último. Paula pensó que no iba a conseguir mascota, pero su madre le dijo que aún faltaba un animal.
Habían grandes y pequeños, marrones, blancos, grises y negros. Movían la cola para jugar cada vez que veían a alguien cerca, guau guau, eran los perritos. Paula se decidió y escogió un pequeño cachorro marrón, ¡perfecto!, un amigo peludo, tal vez muy peludo, pero eso no importa, Paula le puso de nombre «Bone», que significa hueso en inglés.