Sacro Imperio Romano Germánico

Sociedad, religión, arte y ciencia

El Sacro Imperio Romano Germánico fue un estado imperial establecido en la Europa medieval, sin relación directa con el Antiguo Imperio Romano. El nombre proviene de la intención de preservar el origen del Imperio Romano.

El Imperio nace de una manera difusa, y aunque se ha querido remontar su creación a los tiempos de Carlomagno (alrededor del año 800), la mayoría de los textos históricos consideran correcto ubicar su fundación con la coronación de Otón I en el 962. Se consideraban, al igual que los Carolingios, sucesores naturales del Antiguo Imperio, por lo que el Emperador usaba el apelativo “Augusto” (Augustus). Las palabras “Sacro” y “Romano” entrarían en uso posteriormente.

Sin embargo, el Imperio no era similar en cuanto a estructura o en cuanto a la concentración de poder, al concepto imperial usual. Era más bien parecido a un conglomerado de Estados Imperiales que coexistían y cooperaban.

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Sociedad

Las estructuras sociales en el Imperio no se mantuvieron inalteradas en el tiempo. Esto se nota en el hecho de que su duración se extendió desde la Edad Media hasta la Edad Contemporánea.

De este modo, la sociedad del Imperio se organizó al principio, mayormente, siguiendo el modelo feudal, según el cual los grandes señores contaban con vasallos que administraban sus feudos. Los vasallos a su vez disponían de siervos que se encargaban del trabajo manual, no poseían propiedades, y estaban en esencia obligados de por vida a trabajar para sus señores.

Pero en el propio Imperio se gestó la semilla que dio origen a los burgos, los gremios, y la clase social de comerciantes y artesanos que dio origen a la burguesía. La estructura burguesa fue la predominante hasta el fin del Imperio.

Arte y cultura

El arte Imperial era en esencia, el arte europeo, que en las primeras épocas estaba impregnado del tema religioso de modo inevitable. Pintura, escultura, teatro y literatura estaban volcados a la exaltación de Dios y de la iglesia. Pero el Imperio vivió la llegada del Renacimiento, y las formas y expresiones renacentistas se hicieron presentes en el Imperio. Un representante emblemático del Renacimiento en el Imperio, fue el pintor alemán Alberto Durero.

Ciencia

Al igual que las artes, las ciencias en el Imperio estuvieron bastante apagadas hasta el Renacimiento. Una primera muestra de desarrollo tecnológico la aportó Johannes Gutenberg al inventar la imprenta en 1450. Pero científicos como Copérnico, Kepler o Tycho Brahe, o matemáticos como Euler, dan cuenta de que dentro del Imperio se produjeron importantes aportes a la ciencia.

Religión

Quizá sea la religión el aspecto más relevante del Imperio. Edificado sobre la base de la fe cristiana, durante mucho tiempo la Iglesia Católica dominó la escena religiosa Imperial. Esta situación se mantuvo estable hasta el cisma iniciado en el 1517 por el religioso alemán Martín Lutero. Inició el movimiento conocido como Reforma, que provocó la represión del Emperador Carlos V. Estas muestras de intolerancia fueron cuestionadas por los príncipes alemanes que entregaron un documento llamado “Protesta de Espira”. Este es el origen del término “protestante” que se aplica a las diferentes iglesias cristianas surgidas a raíz de los postulados reformistas de Lutero.

Decadencia

Ya hacia el siglo XVIII la estabilidad del Imperio estaba en peligro. Prusia, que era integrante del imperio, se había vuelto un estado poderoso. Por otra parte, estaban las amenazas latentes del Imperio Ruso, el británico y el francés.



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